La Pastoral Juvenil (PJ) como tal no tiene un definición cuadrada, su documento base “Civilización del Amor Tarea y Esperanza” y la Conferencia Episcopal Latinoamericana le ha dado en llamar “la acción organizada de la Iglesia”.
Su origen se remonta a los años sesenta y tiene sus bases en la acción Católica y la Acción Católica especializada, luego los grupos de Encuentros de Promoción Juvenil (EMPROISTAS) le dan otro apalancamiento.
Para el año 1983 por primera vez se reúnen los responsables latinoamericanos de Pastoral Juvenil con el objetivo de iniciar la construcción de una propuesta: pedagógica, teológica y metodológica parel trabajo de la Iglesia en el mundo juvenil.
Lógicamente la PJ nace con el fervor y el empuje de las Conferencias d Obispos de Medellín y Puebla al grado que se abre la Sección de Juventud (SEJ) en el CELAM lo cual da impulso a la construcción de la Propuesta.
De esta manera y año tras año se reunieron teólogos, sociólogos, psicólogos, pedagogos, obispos, sacerdote y lideres jóvenes de Latinoamérica y ponen sus experiencias en común de como se esta trabajando los procesos de evangelización de jóvenes y como se pueden trabajar; así para 1987 nace la primera edición de el documento que recoge esa experiencias y contiene las bases norteadoras de la Pastoral de Juventud.
Esta propuesta de acción a partir de 87 ha venido revisándose año con año, actualizando en clave de las modificaciones del entorno.
Así, en toda América Latina se establecen estructuras que van desde las pequeñas comunidades Juveniles (células de 7 a 15 jóvenes de edad homogénea), hasta pasar por estructuras parroquiales, diocesanas o regionales, nacionales, sub regionales y latinoamericanas.
Hoy día la organización en Honduras es enorme y aglutina a millares de jóvenes hasta los lugares más recónditos de la nación; son miles de grupos juveniles que tienen su representación última en el Departamento Nacional de Pastoral Juvenil (DENPAJ).
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